El alcalde de Bedmar, el socialista Juan Francisco Serrano, lleva prácticamente las mismas reuniones con los propietarios del castillo del municipio que meses en el cargo. Trece encuentros que, sin embargo, aún no permiten encontrar una solución para la fortaleza del pueblo de Sierra Mágina, su principal monumento, que está en manos privadas y que amenaza ruina. La Administración local afronta este asunto desde dos vías distintas. Por un lado, puso en marcha los cauces administrativos necesarios para que los dueños se hagan cargo de obras imprescindibles para garantizar el buen estado del conjunto arquitectónico, amenazado de ruina. Por otro, y este movimiento es un paso importante en el proceso, tratan de convencer a la familia de Francisco Bedmar Perea, que adquirió el castillo en la década de los 70 del año pasado, de que la mejor opción que tienen es vendérselo al Ayuntamiento. No es la primera vez que suena esta idea, pero, anteriormente, se descartó por la imposibilidad de las arcas locales de asumir el millón y medio de euros que reclamaba la propiedad. Sobre la actual oferta, el regidor opta por la discreción de las negociaciones. También confía en que haya avances “en breve”.
