Una empresa con responsabilidad social que presta servicios turísticos de calidad para hacer turismo cultural y de naturaleza

jueves, 17 de septiembre de 2015

Noticia IDEAL:El oasis cinegético de Jaén



Jaén es visto como un oasis para la caza por muchos aficionados a esta práctica. Lo demuestran las más de 30.000 licencias -33.870 para ser exactos- que existen en la provincia jienense (a las que se unen otras 8.000 de pesca), pero también todos aquellos amantes de esta afición que llegan desde diversos rincones de la geografía española. Y también de fuera de nuestras fronteras. A la caza menor, principalmente italianos, portugueses y franceses. Los ingleses, americanos y rusos se decantan por la caza mayor para intentar llevarse a sus países de origen ciervos, gamos o muflones. Una práctica internacional al conservarse Jaén como «una de las mejores provincias para la caza gracias a la diversidad de sus animales y a la que ofrecen sus campos», tal y como apunta el delegado en Jaén de la Federación Andaluza de Caza, Pedro López. Añade que «muchos extranjeros vienen atraídos por los zorzales, que son muy buenos y les llaman mucho la atención».

La provincia de Jaén es una de las provincias españolas con más hectáreas para la práctica cinegética.

Nada más y nada menos que 1.223.949 hectáreas. Es una de las grandes ventajas de tener cuatro parques naturales y, en consecuencia, una fauna amplia y variada. Cuenta con 873 cotos de caza, 116 rehalas con una media de veinte perros cada una y se realizaron 383 monterías, ganchos y batidas durante el año 2014. Además, existen 180 sociedades federadas, contabilizándose entre unos 16.000 federados.

Jaén aparece normalmente en las estadísticas entre las zonas donde se cobra un mayor número de piezas y de más calidad. ¿Qué encuentra aquí las escopetas? Pues en fincas gestionadas por empresas privadas, lo que quieran. Que para eso se gastan el dinero -en algunas monterías de postín los puestos se pueden cotizar por encima de los cuatro mil euros-. En las públicas y cedidas por particulares también habrá 'materia prima', aunque sí hay especies importantes algo más tocadas.

Las cuentas

La caza en la provincia mueve más de 200 millones de euros, según las estimaciones de la Administración pública. Las escopetas y los cartuchos (y los que los manipulan) dejarán este ejercicio en Jaén esta bonita cifra, toda una inyección de moral, y de euros, para los servicios, afectados de lleno por la crisis. Se trata de una industria trasversal de la viven carniceros, taxidermistas, armeros, concesionarios de vehículos todoterreno, tiendas de munición, marroquinería, confección, establecimientos para la alimentación de animales, complementos, turismo, hostelería y granjas de crías de especies cinegéticas. También obtienen importantes ingresos arrendatarios de cotos y organizadores de cacerías, lo que genera a su vez un importante volumen de contrataciones: guardas, secretarios, guías, ojeadores y muleros o rehaleros.

Sólo con las garantías provisionales que pagan los cazadores para participar en concursos y subastas de recechos, aguardos, batidas y monterías en terrenos gestionados por la Junta se obtienen unos 450.000 euros, un dinero que se emplea en gran medida en la conservación de los hábitat. En cualquier caso, la parte del león está en lo privado. Ahí es donde realmente se mueve la mayor parte del dinero.

Potencial

«Tenemos un gran potencial que es desconocido para muchos y tenemos que hacer un esfuerzo en darlo a conocer y aprovechar un flujo de visitantes que tiene un poder adquisitivo más alto que otros tipos de turistas», apunta el delegado de Medio Ambiente, Juan Eugenio Ortega. «Los cazadores de la provincia -añade- mueven gran parte de la economía de nuestros pueblos, pero también tenemos que realizar una especial labor en atraer cazadores de otras comunidades autónomas, otras provincias y países». «Es muy importante el beneficio que supone para el sector turístico de nuestra tierra y también para todas aquellas empresas cuya actividad gira en torno al mundo de la caza y la pesca, con lo que esto supone para la creación de empleo y riqueza en nuestra provincia», puntualiza.

Pese a ello, Pedro López lamenta que el número de licencias bajó el año pasado, apuntando como posible causa a la crisis económica. «Al fin y al cabo la caza es un deporte, una afición que en momentos de crisis económica se puede ver afectada», reconoce.

Este año se han producido novedades en las fechas de caza. En campañas anteriores la veda del conejo se abría en julio y se paralizaba en septiembre para reabrirla nuevamente en octubre. Sin embargo, este año la Delegación de Medio Ambiente ha decidido llevar a cabo una experiencia piloto que ha consistido en abrir la veda el 9 de agosto de forma ininterrumpida hasta el 30 de noviembre. Es decir, se ha abierto una única veda este año que, por desgracia para los aficionados a esta práctica, no está siendo muy positiva.

Pedro López, apunta que «la campaña del conejo está siendo muy floja hasta el momento». Y achaca los malos datos al clima de verano, con temperaturas muy elevadas. «Esperemos que con la llegada del otoño aparezcan las lluvias y con ellas también mejore la caza del conejo». Además, admite que el retraso en la apertura de la veda un mes con respecto a otros años «tampoco ha ayudado». De hecho, afirma que los cazadores están «bastante descontentos» con las nuevas fechas porque consideran «que les ha perjudicado a la hora de cazar». Por otro lado, también se encuentra abierta desde el pasado 23 de agosto la media veda para la tórtola, paloma y codorniz.

Nuevo reglamento

Los cazadores también esperan que la Consejería de Medio Ambiente presente un nuevo reglamento de caza en el que está trabajando y en el que se producirán sustanciales cambios con respecto al actual. «Nosotros somos los primeros interesados en el bienestar de la caza -cuenta López-, por eso necesitamos una regulación y que se defina claramente que esta actividad es un deporte, así como sus modalidades».