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sábado, 14 de febrero de 2015

Noticia IDEAL:Miguel Hernández volverá a nacer para el público en Quesada


En unas semanas, Miguel Hernández volverá a nacer para los visitantes en el lugar de origen del amor de su vida, su mujer Josefina Manresa, en Quesada (Jaén), donde están dando los últimos toques al museo que albergará parte de su legado.

La apertura del museo, que comparte edificio con el dedicado al pintor quesadeño Rafael Zabaleta, está prevista en el primer trimestre de este año, y para ello hace poco más de un mes la Diputación de Jaén, dueña del legado del poeta de Orihuela, fielmente guardado por su mujer, cedía en depósito una serie de objetos personales al Ayuntamiento de Quesada.

Una maleta, una máquina de escribir, una lechera, un pañuelo de seda o un juguete que hizo para su hijo son algunos de los objetos personales que acercarán al visitante a la figura del poeta.

El museo denominado "Miguel Hernández/Josefina Manresa" contempla una zona de recepción y acogida que ilustrará al visitante sobre la importancia del autor y su evolución personal y literaria a través de sus etapas cronológicas, vinculadas a sus libros: "Perito en lunas" (1933), "El rayo que no cesa" (1936), "Viento del pueblo" (1937), "El hombre acecha" (1938) y "Cancionero y romancero de ausencias" (1939-41).

A partir de la zona de recepción, el museo se divide en cinco salas temáticas que muestran los poemas manuscritos, mecanografiados, documentos de la época, correspondencia, libros, fotografías, prensa y objetos personales del poeta

Así se encuentra la sala del poeta pastor, la del poeta enamorado, la del poeta soldado, la del poeta mártir y la del poeta mito.

Para trasladar este mensaje al visitante, el museo contará con audiovisuales, paneles expositivos con reproducción de poemas y fotografías a gran tamaño, vitrinas con objetos, cuadros, recreación de ambientes con elementos decorativos (la trinchera en la guerra, la cárcel) y elementos sonoros para ambientación.

Josefina, que fue para Miguel, además de novia, amante, esposa y madre de sus hijos, musa de inspiración poética y guardiana de su legado en los duros años de la clandestinidad, nació en Quesada porque su padre, guardia civil, estaba destinado allí y a pesar de trasladarse muy joven a Orihuela, decía que "de Jaén, andaluza, me consideré siempre, durante toda mi vida".

La pareja estuvo también viviendo en Jaén capital, en plena guerra civil, cuando se trasladaron un tiempo ya que Miguel fue destinado como comisario de cultura para dirigir el periódico Altavoz del Frente Sur.

Tras la muerte de Miguel Hernández en 1942, Josefina dedicó toda su vida a velar por el recuerdo y la difusión de la obra de su marido, un legado que próximamente se podrá ver en el museo quesadeño.