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lunes, 20 de mayo de 2013

Noticia Ideal de Jaén:El Defensor del Pueblo abre una queja de oficio por el mal estado del casco histórico y Jabalcuz



«Muchos de sus edificios están abandonados». Es lo que dice la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz sobre la situación del conjunto histórico de la capital jienense, protegido como Bien de Interés Cultural (BIC). No es el único. De ahí que haya decidido iniciar una queja de oficio, solicitando información a la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía sobre las actuaciones de protección llevadas a cabo en el patrimonio histórico de la comunidad autónoma declarado BIC, ya que detecta «importantes carencias».
En la actuación de oficio, a la que ha tenido acceso Europa Press, la Oficina del Defensor señala que a través de varios medios de comunicación ha tenido conocimiento de noticias relacionadas «con el estado de abandono, olvido o destrucción» de determinadas construcciones que, repartidas por toda Andalucía, están declaradas BIC.
En el caso de la capital jienense, la queja de oficio menciona, dentro del ámbito de su casco histórico, el Cementerio de San Eufrasio, de comienzos del siglo XIX y clausurado desde diciembre pasado por su estado de ruina tras el derrumbe de tres torres de nichos, así como los restos de la Iglesia de San Miguel o a la Casa Mudéjar de la Virgen, en el barrio de San Juan. «La misma suerte - continúa - corre el barrio de la judería, a pesar de formar parte del Gran Itinerario Cultural Europeo de Patrimonio Judío». Y, fuera del casco urbano, menciona las termas, el balneario y los jardines del paraje natural de Jabalcuz, «baños del siglo XVII cedidos al Ayuntamiento por un plazo de cincuenta años para su rehabilitación y puesta en uso como balneario».
Iuventa y Patmos
Para Rafael Cámara, de la asociación socio-cultural Iuventa, la queja de oficio del Defensor es «un bálsamo para seguir creyendo en el sistema» después de que la legislación sobre protección del patrimonio «se incumpla por parte de todos». También critica la «falta de disciplina» urbanística para sancionar y de conciencia ciudadana. Una «desidia» general que empuja al casco histórico hacia «un barrio marginal». Y pone como ejemplo Jabalcuz. O el cementerio. «Es BIC, se derrumbó, lleva clausurado meses y ninguna administración ha dicho esta boca es mía. Son situaciones gravísimas. Tenemos el récord histórico de demoliciones de edificios en un casco histórico protegido y aquí no pasa nada», afirmó Cámara, cuya asociación se pondrá en contacto con la Oficina del Defensor.
José Manuel Higueras, de la asociación cultural Patmos, también elogia la iniciativa del Defensor. Sobre el cementerio de San Eufrasio recuerda que su propiedad es del Obispado y la gestión municipal. Señala que hace poco remitió dos cartas al delegado de Cultura de la Junta sobre su estado y se reunieron con la concejala responsable del área, ofreciéndose para catalogar gratis el patrimonio existente, sin obtener respuesta. «Esto, de una forma u otra, acabará judicializándose. Es imposible avanzar. Da la impresión que esperan a que se caiga del todo», dice.
Cementerio y balneario
El camposanto se cerró al público hace cinco meses tras el derrumbe en un lateral del patio principal, el mismo que alberga gran número de sepulturas de personajes ilustres jienenses y con abundante arte funerario. Los técnicos de Urbanismo concluyeron que el desplome se debió a las lluvias de noviembre y a la antigüedad del cementerio. El Ayuntamiento dijo en su día que trabajaba en la reparación - últimamente no se observan movimientos - y que no abriría el cementerio hasta que no estuviera totalmente garantizada la seguridad de los visitantes. Declarado BIC en 2011, en él descansan entre otros, los restos de Roldán y Marín, Almendros Aguilar, Ruiz Córdoba, Prado y Palacio, Fermín Palma, Condes de Humanes, Torres de Navarra, Nogué, Tamayo o Bernardo López.
Sobre Jabalcuz, el actual gobierno local anunció que en otoño empezaría la rehabilitación a través de Termed, un programa transnacional de cooperación territorial europea que tiene como objetivo conservar y preservar la herencia mediterránea. El presupuesto ascendía a 380.000 euros: 285.000 euros de fondos Feder y 95.000 de aportación municipal.