Apostó por él y luchará para evitar que desaparezca. Una ganadería de Frailes fomenta el senderismo y el turismo en la Sierra Sur con su empresa Burriaventura, cuyos protagonistas son los asnos andaluces. La raza atraviesa su peor momento: está en peligro de extinción. 'Es un animal dócil. Se habitúa a cualquier actividad que se le encomiende'. Esther González, copropietaria de Burriaventura, habla del asno andaluz con cariño. Lo conoce bien. Sabe el trabajo que supone criarlo. Ve cada día cómo su marido, Horacio Garrido, acude a la Granja Cerrillo, propiedad de la familia ubicada en el término municipal de Frailes, para alimentar a sus animales. Así desde hace ocho años.
Garrido tiene seis asnos andaluces. Asegura que su “empeño” por ellos obedece no solo a una cuestión empresarial; siente debilidad por los “burritos”. Está comprometido con la raza y hará lo “que haga falta” para que persista. Él y su esposa son miembros de las dos asociaciones de la región que velan por los solípedos que están en peligro de extinción: Unión de Ganaderos de la Gran Raza Asnal Andalucía y Asociación Andaluza Asinus, esta última creada recientemente. La primera se dedica a “cuidar” su pureza. Por su parte, la nueva centra sus esfuerzos en rentabilizar el asno andaluz a través de actividades vinculadas al turismo. “Lo más importante es encontrar la forma de que los asnos sean útiles”, subraya González.
